martes, 17 de marzo de 2009

Atesorar en la mano los minutos extraviados, contenerlos, apretarlos fuerte para evitar sucumbir en ellos; esos minutos concretos llenos de segundos guerreros empuñando espadas sangrientas de tiempo. No dejarlos escapar de la mano, cerrar el puño hasta que duela. Liberarlos sería la inmensa oscuridad. Ellos están matando todos los tiempos y debo evitarlo aunque surjan más minutos con sus ejércitos agazapados en los rincones de la historia, esos rincones visitados por la sagacidad atemporal de los intérpretes, los pecaminosos que miran la escena y la detienen, porque ya se retiró el espacio y sé que los crímenes seguirán sucediendo aun aquí, aun aquí, en el hueco de mi mano.

Vacío del Nunca!

1 comentario:

Cande Bianchi dijo...

No sé si entiendo bien el sentido de lo que escribiste, pero me encantó :) Me encanta como vas armando una trama con las palabras que queda hermosa de leer y de escuchar.

Besos enormes Gerar, y GrAcIaS por todo!!