Muero. Azoteo. Atormento. Sincronizo.
Desplomo lomos con furia de cronos.
Furia en el trono de mis pies. Ataco.
Lamplimo. Unijatomo. Escaramuceo dedos.
Pasaporte al oscuro deseo de tu alma.
Lamina perfecta, transmutada de ti en transparencia.
Cascaron de ron para esta noche tormentosa.
Declina la marea al ver mi desamparo.
Aros de fuego salen de tus dedos al murmurar.
Melodramatización de tus sueños.
Conmigo a la espera.
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Para que todo aquello si no sabemos como solventar esto que apenas tenemos. Me regocijo en la esperanza de que lo que viene. Pero desaparezco en el intento.
Rareza llena de cosas porosas.
Babosas en el suelo. Pestañas al vuelo de mi mano.
Deseo de cuerpos.
Desapareciendo.
Tengo cientos de risas y tal vez mucho más. ¿Para qué lo que viene? si esto es momento de duelo.
Marioneta tu cuerpo. El mío, telón de obras que hacen al público rechinar sus dientes y huir de sus oídos. Somos el peor guión que se ha escrito.
Aquí estamos pendientes.
Con requerimientos de insomnio.
Y una galera.
Perfectos obsoletos.
