miércoles, 14 de diciembre de 2011

Tamizar la madrugada con el aliento de la luna. Levantar al alba y sintetizar la calma. Deslumbrar a las estrellas con cada una de las esperanzas antes que llegue el momento donde se desmaterializan los hechos.

Revolcar en los suspiros toda la pura noche y entrometerse en todos sus estadíos. Ejemplo: momento en que una estrella fugaz revienta en su final.

Espolvorear toda la oscuridad que polvo para hornear, desesperado de convertirse en masa que ocupa espacio en el espacio, queriendo abrazar las galaxias.

Conjeturar con tu boca que ya llega la mañana infectada de cantos de pájaros. Reposar con tu espalda y desbaratarse al cruce. Contemplar que juntos cabemos en la luna y horrorizamos en lunáticos. Mirar y sentirte como el viento entre los árboles.

Caminar con los pies en el alma.

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